El campo de la Inteligencia Artificial (y concretamente la robótica) están creciendo a pasos agigantados. En otros artículos del blog, ya hemos hablado de perros robot, camareros robot, y muchos otros dispositivos de este tipo que han visto la luz durante los últimos meses y que pronto podrían revolucionar diversas industrias.
Uno de los ámbitos en los que la robótica parece tener más cabida, es sin duda el del cuidado de personas de tercera edad. Debido al deterioro provocado por la vejez, las personas de tercera edad pierden capacidades y facultades, por lo que estos sistemas inteligentes pueden convertirse en su aliado perfecto a la hora de llevar a cabo ciertas tareas del día a día.
Esto es algo que pronto identificó un equipo de científicos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), quienes se embarcaron en un proyecto que tenía como objetivo simplificar la vida de las personas ancianas. Para ello, el equipo diseñó y creó un brazo de robot que ayudaba a las personas de tercera edad o con alguna discapacidad física a vestirse.
Hace unos años, ya se creaban robots que eran capaces de vestirse a sí mismos, sin embargo, esta idea de que sean los robots quienes visten a los propios humanos es la verdadera innovación. Al fin y al cabo, los mecanismos y movimiento que hay detrás de esta función son mucho más complejos, dado que el robot tiene que ser capaz de intuir el movimiento de la persona en cuestión.
El funcionamiento es el siguiente; los robots hacen una predicción del movimiento humano, y posteriormente elaboran un plan seguro en base a dicha predicción. Es decir, el robot es capaz de diferenciar si está vistiendo a un niño o a un anciano, y por lo tanto de saber qué tipo de reacciones puede esperar de cada uno.
La tecnología detrás de esta compleja funcionalidad no es otra que un rastreador 3D, que recopila datos sobre la manera en que la persona en cuestión espera ser vestida. A partir de ahí, el software predice cuál cree que será el próximo movimiento de esa persona, de manera que se reduzca considerablemente el riesgo de lesión.
Detrás del software hay un algoritmo de Machine Learning que aprende progresivamente de la persona a la que viste el brazo robot. Inicialmente, el robot viste a la persona despacio y con sumo cuidado (hasta que finalmente conoce sus patrones de conducta), e ignora aquellos movimientos que la persona nunca realiza.
Por ahora, este brazo robot se encuentra en la fase experimental, y únicamente se han hecho pruebas con chalecos. El equipo de investigadores se ha marcado como objetivo que la siguiente fase incluya pruebas con prendas que incorporen mangas, dando así un paso más hasta la fase de lanzamiento.