Hace una semana comenzaba un año más la EVAU o Evaluación de Acceso a la Universidad, también denominada EBAU (dependiendo de la región) y tradicionalmente conocida como Selectividad. Se trata de un momento crucial para aquellos jóvenes que ya han finalizado sus estudios de Bachillerato y deben elegir el ámbito o la rama de su ciclo formativo más próximo en vista a su futura incorporación al mercado laboral.
Aunque el objetivo de superar exitosamente la EVAU sigue siendo el de acceder a la universidad, es cierto que esta prueba ha sufrido algunas modificaciones sustanciales con el paso de los años. El principal cambio hace referencia al enfoque, dado que al EVAU está cada vez está más orientada hacia la especialización del alumno durante su etapa previa a la universidad.
Uno de los cambios más notables que ha entrado en vigor durante la última década es el que hace referencia al sistema de puntuación. Mientras que históricamente el sistema de puntuación tenía como nota máxima el diez, a partir del curso 2009/2010 se empezó a puntuar sobre catorce, dividiendo la prueba en dos fases, la Fase General y la Fase Específica (aunque en la actualidad han pasado a denominarse Fase Obligatoria y Fase Voluntaria, respectivamente).
Este sistema de puntuación tiene ciertas ventajas respecto al grado de especialización del alumnado, puesto que la Fase Voluntaria otorga cierta prioridad a aquellas materias que tengan una relación directa con la titulación que quiera cursar cada alumno. Es decir, cada asignatura tiene una ponderación distinta en función de cada grado, de manera que aquellas materias que se consideren relevantes para una titulación en concreto van a ponderar siempre por encima del resto a la hora de acceder a dicha titulación.
Se trata de un momento crucial para aquellos jóvenes que ya han finalizado sus estudios de Bachillerato y deben elegir el ámbito o la rama de su ciclo formativo más próximo en vista a su futura incorporación al mercado laboral.
Aunque teniendo en cuenta estos aspectos podría dar la sensación de que el sistema de evaluación de la EVAU es sólido e inquebrantable, existe cierta controversia sobre la diferencia entre unas Comunidades Autónomas y otras a la hora de realizar esta prueba. Durante los últimos años, un importante número de estudiantes han mostrado su disconformidad, alegando que en determinadas regiones del país las pruebas son más sencillas y el sistema de corrección menos riguroso y exigente que en otras.
Respecto al sistema de corrección, resulta complicado resolver el conflicto, puesto que toda corrección conlleva al menos un ligero grado de subjetividad. De cara al problema de los tipos de exámenes, la solución parece bastante clara, dado que bastaría con unificar los modelos de examen en toda España, de manera que todos los estudiantes del país realizasen una prueba idéntica.
Sin embargo, esta segunda opción tampoco es tan sencilla de poner en práctica como puede parecer a priori, puesto que cada región dispone de su propio programa educativo y cada editorial decide los contenidos que desea incluir en sus publicaciones. En otras palabras, para crear un modelo de examen único para toda España, primero sería necesario unificar los programas educativos de cada una de las regiones que componen el país.
La EVAU sigue siendo un momento crítico en la vida académica de los alumnos, por lo que es muy importante seguir trabajando con el objetivo de mejorar sus procedimientos y de tratar de garantizar que sea un sistema equitativo para todos. Aún desconocemos los cambios que tendrá esta prueba en un futuro, pero confiamos en que serán siempre favorables para el alumno y en que le sirvan de ayuda a la hora de afrontar una de las épocas más determinantes de su vida como estudiante.