¿Alguna vez te has estresado al ver que tienes decenas de ventanas abiertas en tu navegador? ¿Sientes que cuando esto sucede, tu capacidad para concentrarte se ve negativamente afectada? Si la respuesta ambas preguntas es sí, es muy probable que alguna vez hayas sufrido el llamado síndrome de las ventanas abiertas.
Pero, ¿Qué es el síndrome de las ventanas abiertas?
En líneas generales, se podría definir el síndrome de las ventanas abiertas como el hábito o la tendencia de mantener múltiples ventanas de exploración abiertas en la pantalla del ordenador. La principal consecuencia de esto es que el usuario tiende a saltar de una tarea a otra, en lugar de centrarse en una concreta y completarla de principio a fin, antes de pasar a la siguiente.
El síndrome de las ventanas abiertas no es algo nuevo, pero se ha vuelto mucho más habitual a raíz de la situación actual de las empresas. La implementación del teletrabajo, ha provocado que los empleados tengan cada vez más ventanas abiertas (principalmente debido a que las comunicaciones, que solían ser personales, ahora se llevan a cabo también de forma remota y virtual a través de una serie de plataformas).
Manel Fernández Jaria, profesor de la UOC, ha sido muy claro y conciso respecto a este asunto: “La multitarea nos hace ir más lentos, e influye de manera negativa en la calidad y en la productivad”. Según él, esta tendencia puede causar que nos sintamos más ocupados y que nuestro ego reciba un pequeño impulso de autoestima, pero el balance sale a pérdidas cuando tenemos en cuenta que dicha tendencia nos hace menos productivos.
¿Cuál es la solución?
La única solución posible a este problema, es distribuir la carga de trabajo en bloques para evitar dispersarnos. Es decir, Si tenemos que completar las tareas A, B, C y D, no deberíamos de abarcarlas todas de manera simultánea, sino que deberíamos centrarnos en una en concreto e ignorar por completo las demás hasta que esta primera tarea no se haya completado en su totalidad.
Por otro lado, también es conveniente definir plazos concretos de ejecución, y establecer objetivos. Al delimitar un límite temporal y una serie de metas a alcanzar, es mucho más probable que nos centremos en la tarea inicial, y no perdamos tiempo intentando avanzar las demás.
Obviamente, estas medidas para evitar el síndrome de las ventanas abiertas parten de una base; planificación. Cuánto mejor hagamos esa fase inicial, más probable es que sepamos establecer prioridades, y nos completemos una tarea por completo antes de pasar a la siguiente.