Actualmente, la mayoría de las personas que estamos en edad de trabajar y en activo hemos tenido la sensación de que al día le faltan horas. Una de las actividades diarias en las que más tiempo inútil debemos invertir es el desplazamiento a nuestros centros de trabajo. En España los españoles dedican 57 minutos de media en ir y volver al trabajo y en concreto Madrid es la comunidad donde más tiempo invierten los trabajadores en desplazarse a sus puestos de trabajo en total 78 minutos. ¿Y si pudiésemos trabajar desde casa siempre y cuando nuestro puesto nos lo permita? ¿Por qué en España no termina de arrancar el teletrabajo como modalidad laboral pese a todos los adelantos tecnológicos con los que se cuentan?
Aunque el año pasado el teletrabajo alcanzó en su segundo trimestre el nivel más elevado con 1,43 millones trabajando desde sus hogares u otros centros distintos a su lugar de trabajo; según el monitor de Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el empleo elaborado por el grupo de Recursos Humanos e investigadores de Barceló y Asociados, la cifra total es el equivalente a 7,4% del total de ocupados en España, cinco décimas más que un año antes.
Ahora mismo, Madrid es la ciudad con un mayor número de teletrabajadores, un 9,7%, un punto y medio más que en 2018. Le siguen Andalucía (8,4%) y Comunidad Valenciana (8,1%), y aunque esta tendencia crece de forma lenta pero progresiva en nuestro país, seguimos a la cola en Europa y muy por detrás de algunos países donde esta opción está bastante más extendida como Suecia, Islandia, Países Bajos o Luxemburgo.
Al preguntarnos si esta modalidad es viable en un país como España en donde la cultura de «presentismo = productividad´´ está tan interiorizada debemos empezar a reflexionarlo haciendo una lista de pros y contras:
Ventajas:
- Flexibilidad y ahorro de tiempo que permite una mejor conciliación personal y familiar
- Reducción de los gastos de desplazamiento y estrés
- Ahorro de costes para la empresa.
- Mejora de la movilidad en las ciudades y reducción de la contaminación al tener menos coches circulando.
Desventajas:
- Poca capacidad de adaptación y abuso por parte del trabajador con la consiguiente bajada de productividad.
- Menor sociabilidad y comunicación entre trabajadores.
- Sensación de falta de control en los trabajadores al no tenerlos a la vista.
En conclusión, aunque todavía queda un largo camino por recorrer el teletrabajo, poco a poco se irá implantando gracias a factores como la regeneración del personal directivo de este país con una mentalidad más abierta y consiente de las nuevas necesidades de las empresas y sus empleados, la mayor disponibilidad de métricas que ayuden a medir la productividad de los trabajadores y la ayuda de las administraciones que están premiando y bonificando a las empresas para fomentar el teletrabajo y así conseguir una mayor sostenibilidad medioambiental. Con el paso del tiempo se irá consiguiendo normalizar esta modalidad.
Esperemos que en el futuro la conciliación sea más fácil para todos.