Uno de los problemas o averías más frecuentes cuando hablamos de un dispositivo smartphone, es la rotura de la pantalla. Aunque con el tiempo se han ido desarrollando sistemas para protegerla, estos no son totalmente fiables, y se basan en simplemente colocar un recubrimiento sobre la misma (como es el caso del cristal templado).
En otras palabras, las soluciones a este problema que se han planteado hasta la fecha no garantizan la protección total del equipo, sino que se basan en añadir una capa extra que, solo en algunos casos, evita el deterioro de la pantalla. Por ello, diversas compañías de todo el mundo trabajan en busca de una solución definitiva que erradique este problema de raíz.
Aunque hace mucho tiempo que no escuchamos ninguna novedad en lo referente a este asunto, hace una semana nos llegó una noticia que podría marcar un antes y un después en el ámbito de los smartphone. Un grupo de científicos coreanos ha desarrollado una tecnología de pantallas que tiene la capacidad de autorrepararse, un hecho completamente insólito hasta la fecha.
Science Direct informaba a principios de este año sobre el proyecto, el cual fue liderado por un grupo de investigadores pertenecientes al Instituto de Materiales Compuestos Avanzados del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea (KIST). Se trata de un sistema que podría revolucionar por completo, no solo la industria smartphone, sino también otras como IoT.
Este reciente descubrimiento, se basa en la utilización de aceite de linaza en el interior de las distintas láminas que forman una pantalla. Según indican los investigadores, este elemento es el que permite la autorreparación de la pantalla en caso de impacto.
La tecnología funciona de la siguiente manera: El aceite se encuentra encerrado en pequeñas cápsulas, las cuales se pueden mezclar con el polímero que se emplea en la fabricación de pantallas. Estas películas de polímero bicapa, se encuentran situadas entre dos capas que están presentes en todas las pantallas, y en ellas reside la capacidad de autorreparación.
Cuando el dispositivo impacta contra otro objeto, se libera el aceite en la zona dañada. A partir de ese momento, esta se endurece por acción de la luz solar en forma de material sólido transparente, que repara la pantalla en el 95% de los casos (según los investigadores).
Además, el tiempo de duración de este proceso de autorreparación es de 20 minutos como máximo. Se trata de una solución rápida y eficaz para un problema muy habitual para todos los usuarios que tienen smartphones.
Aún no se conoce el potencial real de esta tecnología, pero se sabe que podría ir mucho más allá de los dispositivos móviles. Por ejemplo, con el desarrollo adecuado, este sistema podría servir para reparar otros dispositivos tecnológicos emergentes, como es el caso de los robots.