Actualmente, Google cuenta con una enorme y potente infraestructura de fibra óptica que le permite proveer de conectividad a millones de usuarios en todo el mundo. Sin embargo, estos claves que posibilitan una rápida conexión a internet, tienen además otras funciones aún más curiosas.
Esta infraestructura de cables es inmensa, y se extiende tanto por tierra como por mar. De hecho, Google cuenta con un total de 14 cables ubicados en las profundidades del océano, los cuales tienen una longitud de más de 110.000 kilómetros.
Algo más que fibra óptica
Pero, ¿Y si esta compleja infraestructura tuviera una utilidad tan increíble como predecir terremotos antes de que sucedan? Lo cierto es que, tras un experimento realizado por Google, la compañía ha demostrado que estos dispositivos son capaces de detectar terremotos y tsunamis.
En un país como España, esta funcionalidad quizás no resulte de tanta utilidad, dado que las catástrofes naturales suceden con mucha menor frecuencia. Sin embargo, si observamos la tendencia en países como Japón, China, Filipinas, México o incluso Estados Unidos, pronto nos damos cuenta de que esta nueva aplicación del cableado de fibra óptica podría evitar (o al menos minimizar el impacto) de este tipo de desastres.
Google ya ha desvelado que estos no son sus primeros pasos en este campo, aunque la compañía sí ha mejorado sus resultados de forma exponencial en los últimos años. Mientras que antes sólo eran capaces de detectar estas irregularidades en un radio de aproximadamente 1km, ahora pueden detectarlos a más de 10.000km de distancia.
Pero… ¿Cómo funciona?
Para la predicción de seísmos, Google analiza los pulsos de luz que emite su infraestructura de cables. Esta luz sufre cambios a medida que viaja por los cables, y en el punto de recepción es donde se detectan y corrigen estos pulsos, una vez el sistema ha procesado la señal digital.
Una de las principales métricas a tener en cuenta en la detección de estos movimientos sísmicos, es el denominado estado de polarización. Esta métrica nos permite conocer las alteraciones mecánicas que ha sufrido el cable antes de llegar al “final” de su trayecto.
En otras palabras, la compañía ha demostrado que su equipo es capaz de predecir terremotos (en base a movimientos sísmicos) y tsunamis (analizando los cambios de presión del océano). Para ello, Google ha contado también con la ayuda del doctor Zhongwen Zhan, un experto en esta materia.
Sin embargo, Google aún tiene mucho trabajo por delante si quiere desarrollar un sistema preciso en el que se pueda confiar con total seguridad. Esto se debe a que su sistema aún no permite extraer algunos datos clave, como el nivel de intensidad de estas alteraciones o la ubicación exacta de las mismas.