En las últimas semanas, el mundo entero se ha visto sumido en un caos creado por la alerta sanitaria del COVID-19. Aunque una situación de este calibre en muchas ocasiones consigue sacar lo mejor de las personas, lamentablemente también ofrece un amplio abanico de posibilidades a aquellos delincuentes que tienen intención de estafar a la población.
Según las fuentes del Ministerio del Interior, los fraudes informáticos han pasado en ocho años de 21.075 a 88.854, y sólo en 2018 aumentaron cerca del 47%, convirtiéndose en el séptimo delito más común en la actualidad. Desgraciadamente, y a raíz de la rápida expansión de esta pandemia, los ciberdelincuentes se han dedicado a enviar mensajes y noticias falsas por correo electrónico y por WhatsApp, suplantando la identidad de algunos organismos oficiales como el Ministerio de Sanidad o a la Organización Mundial de la Salud.
En algunos casos, el mensaje supuestamente provenía del Ministerio de Sanidad, e incluía un enlace para que los usuarios pudieran adquirir mascarillas. En el momento que la víctima introduce su método de pago y su información personal, sus datos ya están en manos de estos ciberdelincuentes, quienes a menudo empleaban la técnica del phishing (suplantación de la identidad).
Otra de las estafas más sonadas a raíz este virus, ha terminado con la detención de un hombre de nacionalidad china que anunciaba por internet mascarillas quirúrgicas. Algunas personas llegaron a pagar grandes cantidades para abastecerse de un amplio lote de mascarillas, pero estas nunca llegaban a sus destinatarios.
Las instituciones y estados tampoco se han librado de este tipo de fraudes, como es el caso del Ministerio de Asuntos Exteriores de Mongolia. Un grupo de hackers suplantaron la identidad del Ministerio, y enviaron correos electrónicos a varios funcionarios con el objetivo de infectar sus dispositivos y robar documentos oficiales.
Desafortunadamente, el Coronavirus no solo nos obliga a extremar las precauciones en todo lo referente a higiene y salud, sino también a ser más precavidos cuando navegamos por internet. Es muy importante cuidar de nuestra información y de nuestros datos, y no acceder a sitios web que puedan resultar sospechosos.