Desde el pasado mes de marzo, escuelas infantiles, colegios y universidades se vieron obligados a cerrar sus puertas ante la emergencia sanitaria originada por el Covid-19. Como resultado de esta pandemia, 10 millones de alumnos de centros tanto públicos, concertados como privados han continuado con sus clases a distancia.
Pero, ¿Están todos los centros igual de preparados para implementar esta modalidad educativa?
La respuesta es que lamentablemente no, ya que no todos los centros españoles cuentan con el mismo nivel de digitalización ni disponen los mismos recursos. Además, no existe un criterio uniforme y unificado para este tipo de cuestiones, sino que varía en función de cada comunidad autónoma (al igual que la legislación).
En algunos casos, estos centros sí que cuentan con plataformas online bastante bien preparadas. Sin embargo, en otros se han utilizado principalmente el correo electrónico como herramienta de comunicación a distancia para enviar el temario, las tareas y mantener el contacto con los alumnos y los padres.
Si es cierto que en los centros de algunas Comunidades Autónomas como Madrid, ya han empleado algunas herramientas propias que permiten crear aulas virtuales para que los alumnos se puedan conectar y seguir con las clases de la forma más normal posible. En algunos casos (sobre todo en los de familias con menos recursos), se ha procedido a hacer préstamos de dispositivos por parte de los ayuntamientos para que los niños puedan seguir las clases.
En otros casos, han sido algunas instituciones, editoriales y bibliotecas las que se han reinventado, lanzando de forma gratuita sus herramientas, de tal manera que los niños y jóvenes puedan seguir aprendiendo de forma lúdica.
Algunas de las ventajas de la formación online:
- Poder continuar con las clases en casa, sin necesidad de desplazamientos.
- Horarios flexibles: Esto es muy importante, ya que en algunos casos los niños necesitan ayuda de los padres y estos no siempre estarán disponibles, dado que se tienen que ocupar del resto de sus labores.
- Mayor conocimiento y uso de la tecnología como herramienta pedagógica.
- Fomento de la colaboración entre centros y administraciones públicas.
En cuanto a las principales desventajas:
- Insuficiente dominio de las herramientas informáticas en determinados perfiles de alumnos.
- Falta de motivación en los estudiantes.
- Se reducen el tipo de relaciones sociales que se establecen en las aulas normalmente.
- Plantea un cambio tanto en la forma de aprender como de enseñar de la noche a la mañana y ese cambio tan rápido muchas veces no es fácil de asimilar.
En definitiva, el tiempo dirá si esta nueva modalidad de aprendizaje es verdaderamente efectiva, y si conseguirán afianzar unos conocimientos sólidos y útiles para el futuro.