Cuando hablamos de Elon Musk, resulta inevitable pensar en Tesla, la compañía de diseño, fabricación y comercialización de coches eléctricos que ya le hizo famoso hace años. No obstante, el magnate sudafricano tiene sus manos en muchos otros proyectos, y sin duda uno de los más importantes es SpaceX, una empresa cuya actividad se basa en el transporte aeorspacial, y que lleva casi 18 años innovando en este ámbito.
La semana pasada, nos llegaba la noticia de que SpaceX había llevado a cabo el lanzamiento de 60 nuevos satélites de su red Starlink, con el claro objetivo de proveer de internet satelital en todo el mundo. Tras este tercer lanzamiento, la compañía ya cuenta con un total de 182 satélites en órbita, siendo esta la mayor red satelital comercial que existe en la actualidad.
Los 60 satélites que componen este último lote, están a aproximadamente 290 kilómetros de altitud, aunque durante las próximas semanas la compañía llevará a cabo una serie de ajustes para que lleguen hasta los 547 kilómetros aproximadamente. La finalidad de este ajuste no es otra que la de conseguir una perfecta alineación con el resto de satélites, lo que a su vez facilitará la sincronización entre ambos lotes.
De los 182 satélites que componen la red satelital de SpaceX, dos de ellos son meros prototipos que serán desconectados y devueltos a la Tierra, aunque debido a la presión de la atmosfera estos quedarán totalmente desintegrados. Adicionalmente, tres de estos satélites ya han sido desconectados de la red, y uno de ellos estuvo cerca de colisionar con un satélite meteorológico enviado por la ESA (European Space Agency).
La semana pasada, nos llegaba la noticia de que SpaceX había llevado a cabo el lanzamiento de 60 nuevos satélites de su red Starlink, con el claro objetivo de proveer de internet satelital en todo el mundo.
Una de las preocupaciones de diversos astrólogos respecto a esta operación era la posibilidad de que tal cantidad de satélites implicara un problema de cara a las observaciones astronómicas del cielo nocturno. Ante tal conflicto, Elon Musk ya comunicó que este último lote de satélites integra una capa oscura antibrillo, por lo que en principio esto no supondrá ningún impedimento para los estudios astronómicos que se lleven a cabo en el futuro.
Cabe destacar que la idea de Elon Musk es mucho más ambiciosa de lo que parece, y es que el prestigioso empresario confirmó hace unas semanas que su objetivo es poner en órbita un total de 60 satélites cada dos semanas. Respecto a la parte comercial del proyecto, Musk ya planea empezar a hacer pruebas con clientes de Canadá y del norte de Estados Unidos entre marzo y abril de este año.
Actualmente, y tras solicitar un permiso de ampliación, el equipo de SpaceX ya tiene autorización para desplegar un total de 11.943 satélites. No obstante, la compañía ya ha solicitado un nuevo permiso para desplegar otros 30.000 satélites, de manera que los planes de Musk se basarían en contar con un total de 42.000 satélites para ofrecer internet de banda ancha en prácticamente todas las regiones del planeta.
Por el momento, desconocemos cuáles son los planes de Elon Musk y de SpaceX de cara a los años más venideros, aunque si por algo ha destacado el magnate durante su trayectoria profesional, es por su tendencia a innovar y a tratar de propulsar la evolución tecnológica. Actualmente, parece que Musk está centrando la mayoría de sus esfuerzos en Tesla, pero el físico sudafricano nunca pierde de vista sus otros proyectos, y aún menos cuando se trata de uno tan importante y ambicioso como SpaceX.