Hace un par de semanas, hablábamos de los perros robot que ejercían la función de patrulleros por las calles de Singapur. Una vez más es el campo de la robótica el que ha dado que hablar, aunque los nuevos protagonistas han sido los robots cocinero y camarero que ya podemos ver en restaurantes de varios países.
Aunque este tipo de robots era frecuente en países punteros en tecnología como China, Japón o Singapur o Estados Unidos, esta innovación ya ha llegado a España. Entre otros lugares, este tipo de robots ya se pueden ver en locales de restauración de ciudades como Madrid, Sevilla o Zaragoza.
El buen servicio al cliente y la amabilidad son factores determinantes en la experiencia de un comensal cuando acude a un restaurante. En algunas ocasiones, un mal servicio (o la falta de amabilidad) por parte de uno de los camareros puede implicar la pérdida de un cliente, o incluso de muchos más teniendo en cuenta que cada vez se comparten más este tipo de experiencias a través de redes sociales.
La tecnología ha avanzado a tal ritmo que a día de hoy ni si quiera es necesario tener a una persona humana atendiendo las mesas de los restaurantes. De hecho, estos robots son capaces de hacer el mismo trabajo con mayor rapidez y eficacia, y el propietario del negocio tiene un mayor control sobre el servicio que se ofrece a sus clientes.
Estos robots camareros cuentan con una batería de hasta 8 horas de duración y 5 años de vida útil. En China, el dueño de un restaurante confesaba que adquirir uno de estos robots es muy rentable, ya que el precio de uno de estos equivale al salario anual de un camarero.
Algunos de estos robots ya son capaces de tomar pedidos, servir la comida y soportar y trasladar una carga de hasta 25kg. Además, están equipados con sensores ópticos que les permiten percibir objetos y personas y sortearlos, de manera que no tropiecen ni choquen con nada durante el servicio.
Otra ventaja es que se les puede programar para interactuar con los clientes en base a unas premisas concretas, y posteriormente controlarlos de forma manual o a través de un dispositivo (ordenador, tablet, móvil…). Aquí es donde entra en juego toda la parte de servicio y atención al cliente.
En España ya hay empresas que comercializan este tipo de robots y, aunque tampoco se han utilizado demasiado por el momento, la respuesta ha sido muy positiva. Muchos comensales lo describen como una experiencia divertida y curiosa, y otros se refieren a ello como si tuvieran la sensación de haber viajado en el tiempo.