La tecnología avanza a pasos agigantados, abriendo paso a nuevos modelos de negocio y modificando diversos aspectos cotidianos de nuestra vida, desde la manera en la que nos comunicamos hasta nuestras formas de entretenimiento. El ejemplo más claro de este último caso es el de la Realidad Virtual, un campo perteneciente al sector tecnológico que permite crear entornos ficticios con un elevado grado de realismo, logrando que el usuario tenga la sensación de estar inmerso en los mismos.
Aunque se tiene la percepción de que la Realidad Virtual es un concepto reciente, echando la vista atrás podemos observar como se ha ido allanando el camino desde hace varios años. Para ello, debemos remontarnos al año 1958, cuando una organización llamada Philco Corporation desarrolló un sistema de realidad virtual ideado para generar entornos artificiales. A pesar de que los resultados obtenidos no fueron óptimos, dos empleados de esta compañía lograron crear el primer casco de realidad virtual tres años más tarde.
Sin embargo, no fue hasta el año 1965 cuando se hizo referencia por primera vez al concepto de Realidad Virtual como tal. Ivan Sutherland, uno de los precursores del ámbito de la informática, publicó el artículo “The Ultimate Display”, en el que explicaba en profundidad el concepto que tantos científicos de todo el mundo llevaban años tratando de asentar. Asimismo, Sutherland desarrolló el primer programa diseñado para la creación de entornos virtuales con imágenes en 3D, el cual revolucionaría este campo y abriría las puertas a diversos avances que se conseguirían posteriormente.
Aunque se tiene la percepción de que la Realidad Virtual es un concepto reciente, echando la vista atrás podemos observar como se ha ido allanando el camino desde hace varios años.
Con el paso del tiempo, algunos sectores comenzaron a interesarse por el campo de la Realidad Virtual, aunque pronto se llegó la conclusión de que el sector que ofrecía más posibilidades era el de los videojuegos. En el año 1995, la compañía Nintendo lanzó al mercado un sistema de juego llamado Virtual Boy, que consistía en unas gafas que integraban un proyector de 3D en su interior.
A pesar de que el lanzamiento del Virtual Boy generó una gran expectación, terminó resultando un verdadero fracaso en términos comerciales, hasta el punto en el que la compañía canceló su lanzamiento en el mercado europeo. Otras compañías como Sega comenzaron a desarrollar dispositivos que funcionaran a través de esta tecnología, obteniendo mejores resultados aunque sin llegar a alcanzar unas cifras de ventas demasiado elevadas.
En la actualidad, el campo de la Realidad Virtual está mucho más desarrollado y, como consecuencia, la aceptación de los usuarios respecto a estos dispositivos ha crecido considerablemente. Cada vez se comercializan más dispositivos de este tipo, como son el Oculus Rift, el HTC Vive o el PlayStation VR, y el uso de estos está cada vez más generalizado.
El futuro de la Realidad Virtual es todavía una gran incógnita, dado que aún es necesario corregir algunos aspectos de esta tecnología. El primer problema radica en la parte económica, puesto que los elevados precios de estos dispositivos hacen que la estos sistemas resulten inaccesibles para la mayoría de los usuarios.