Durante los últimos años, hemos oído hablar en varias ocasiones sobre la idea de reducir la jornada laboral de los trabajadores y sobre las consecuencias que esta medida podría tener para las empresas en materia de productividad. Sin embargo, en la mayoría de los casos, este plan se ha quedado en el plano teórico o en el mero debate, sin llegar a materializarse, aunque sí es cierto que paulatinamente algunas organizaciones le están dando una oportunidad a este planteamiento.
Hace escasos días nos llegaba la noticia de que la sede de Microsoft en Japón hizo un experimento basado en reducir la jornada laboral de sus trabajadores a cuatro días (32 horas semanales), y los resultados fueron sorprendentes. La duración del proyecto Work-Life Choice Challenge Summer de Microsoft fue de 5 semanas y, una vez transcurridas, la productividad de los trabajadores había aumentado en un 40%.
Uno de los aspectos más curiosos de este proyecto es que se haya llevado a cabo en Japón, un país en el que la jornada laboral media podría calificarse de excesiva e insostenible. A pesar de esto, el Compedio de Indicadores de Productividad muestra que Japón se encuentra en la posición más baja en cuanto a nivel de productividad entre todos los países que componen el G-7.
Hace escasos días nos llegaba la noticia de que la sede de Microsoft en Japón hizo un experimento basado en reducir la jornada laboral de sus trabajadores a cuatro días (32 horas semanales), y los resultados fueron sorprendentes.
Además, varios estudios han demostrado que aumentar la jornada laboral no tiene por qué afectar de manera positiva la productividad de los trabajadores. Por ejemplo, un estudio realizado por la compañía Voucher Cloud en 2016 (tomando como muestra a casi 2.000 trabajadores británicos) demostró que el tiempo real que dedica a trabajar un empleado no llega a las 3 horas diarias, independientemente de las horas que se extienda su jornada.
Existen diversos ejemplos en todo el mundo de medidas de reducción de la jornada laboral que han tenido éxito. Un buen ejemplo es el de un Centro de Toyota en Gotemburgo, donde se fijó hace 13 años la jornada laboral de 6 horas diarias, y desde ese momento sus beneficios han aumentado en más del 25%.
Como suele ser habitual en este tipo de cuestiones, existe cierta división de opiniones respecto a la idea de reducir la jornada laboral. Algunos detractores se niegan de manera rotunda a medidas de este tipo, dado que consideran que sólo tendrían éxito a corto plazo, y que no serían sostenibles con el paso del tiempo.
Otros profesionales consideran que esta medida es viable y que el impacto de esta sobre la productividad sería muy positivo, aunque para su correcta implementación sería necesario apoyarse en la tecnología. Esto se debe a que la tecnología permite automatizar ciertas tareas y procesos, por lo que con una infraestructura adecuada, bastaría con que las personas se limitaran a supervisar el trabajo de las máquinas, facilitando así una reducción de la jornada laboral.