La tecnología se ha convertido en un elemento clave en nuestro día a día, y es que nos permite llevar a cabo un infinito abanico de acciones que abarcan desde el ámbito profesional hasta el ocio. Pero, ¿Cuándo el uso de internet deja de ser sano y se convierte en adicción?
En los últimos años, las nuevas tecnologías de la comunicación han irrumpido en nuestras vidas, y la mayoría de nosotros hacemos un uso diario de dispositivos móviles, tablets y ordenadores. Sin embargo, en algunos casos, esta utilización es cada vez más frecuente, llegando al punto de convertirse en una verdadera obsesión.
Aunque nadie duda de que internet es una fantástica herramienta comunicativa, creativa y educativa, su uso excesivo puede llevar al usuario a una situación extrema. Los síntomas más evidentes que presentan las personas que padecen este tipo de trastorno son; sensación de ansiedad, irritabilidad, depresión, desesperación, síndrome de abstinencia (cuando no pueden hacer uso de internet), y perdida de interés general por la práctica de otro tipo de actividades (especialmente aquellas que requieren algún esfuerzo físico).
Algunos organismos han definido la adicción a la tecnología como un trastorno del comportamiento que lleva a la persona a sentir una dependencia total y absoluta hacia algún dispositivo tecnológico.
Los grupos más vulnerables en lo que a esta adicción se refiere son los niños y los adolescentes (especialmente entre los 14 y los 18 años), aunque también se da en adultos. Todos estos grupos pueden llegar a padecer una serie de síntomas tanto físicos (insomnio, obesidad, tensión ocular o dolor de espalda), como psicológicos (aislamiento, depresión, descenso del rendimiento escolar, problemas de comunicación con el entorno, baja autoestima…).
El origen de este problema muchas veces es similaral inicio del consumo de alcohol o drogas, dado que las personas buscan un refugio frente al malestar que les causa una situación dolorosa, frustrante, o estresante de su vida. La evasión de esa realidad y la búsqueda de un nuevo universo virtual le genera una sensación muy placentera, que en relativamente poco tiempo puede convertirse en adictiva.
El tratamiento para recuperarse de este trastorno debe estar adaptado a cada persona en específico, aunque el primer paso es reconocer que el problema no está en la tecnología como tal, sino en el mal uso que la persona está haciendo de ella. Este tratamiento debe abarcar todo el entorno de la persona como la familia, los amigos, el trabajo o colegio.
Normalmente, la persona debe pasar por un período de abstinencia. Posteriormente, es necesario que exista un uso supervisado y controlado de internet, hasta que la persona por fin pueda utilizarlo de una manera moderada y saludable.
En conclusión, aunque aún es necesario profundizar en las causas y consecuencias de este trastorno, la primera medida debe ser siempre concienciar, supervisar y educar a los más jóvenes en las buenas prácticas en este ámbito. De esta manera, no sólo se evitará esta adicción, sino también la visualización de contenidos no apropiados para menores, la pérdida de privacidad, y el ciberacoso.