Es un hecho que la tecnología de reconocimiento facial sigue ganando peso y que poco a poco se va integrando cada vez más en las distintas industrias. A pesar de esto, no siempre llegamos a imaginar el amplio abanico de posibilidades que puede ofrecer esta tecnología, y sin duda una de las más curiosas que hemos visto recientemente es la de la prevención de tiroteos en colegios y escuelas.
Obviamente, el escenario idóneo para poner en práctica esta idea es Estados Unidos, siendo este el país en el que más ataques con armas de fuego se han producido en colegios en las últimas décadas (y probablemente en la historia). Dicho esto, aunque el objetivo principal de esta medida es la seguridad ante ese tipo de situaciones, no deja de ser también una buena alternativa en materia de vigilancia y monitorización de estudiantes para evitar otros conflictos (actos indisciplinarios, acoso escolar…).
El funcionamiento es simple, basta con integrar un equipo de cámaras con sistemas de reconocimiento facial y situar a una persona en una sala de vigilancia para controlar y monitorizar cada movimiento de los alumnos. Aunque esto no garantiza que no se produzca ningún tipo de ataque con armas de fuego, sí es cierto puede servir de gran ayuda a la hora de detectar conductas sospechosas o para estar alerta ante la entrada de un visitante no deseado en el centro.
Según una reciente investigación realizada por la revista Wired, al menos 8 colegios norteamericanos ya han implementado esta tecnología en sus centros, aunque lo más probable es que el número sea mucho mayor en todo el país. Un dato curioso es que este segmento comprende desde colegios ubicados en las grandes metrópolis hasta pequeños centros pertenecientes a pequeñas zonas rurales, por lo que parece que esta opción podría resultar interesante para todos.
El funcionamiento es simple, basta con integrar un equipo de cámaras con sistemas de reconocimiento facial y situar a una persona en una sala de vigilancia para controlar y monitorizar cada movimiento de los alumnos.
Obviamente, esta posible integración de los sistemas de reconocimiento facial en los institutos ya está empezando a generar debate entre los ciudadanos estadounidenses, dado que para muchos esto supone una amenaza en términos de privacidad y derechos humanos. La problemática es aún mayor y más delicada para este caso en concreto, dado que estamos hablando de menores de edad, y precisamente por eso en algunas ciudades se han opuesto rotundamente a la implementación de estos sistemas, llegando incluso a la prohibición de los mismos en diversos casos.
Sin embargo, al igual que hay un elevado número de detractores, también existe un importante número de adeptos en lo referente a la implementación de este tipo sistemas de reconocimiento facial. Por ejemplo, en West Platte School, un colegio ubicado en Weston (Missouri), ya cuentan un sistema de vigilancia de más de 200.000 dólares que actualmente sirve para monitorizar el día a día de las personas que integran la escuela, un total de aproximadamente 600 individuos entre alumnos y profesores.
El último eslabón de esta cadena (aunque el grupo más afectado) son indudablemente los estudiantes, pero en la mayoría de los casos estos son menores de edad y por lo tanto no tienen ni voz ni voto en lo que a estas cuestiones respecta. No obstante, una encuesta realizada en la escuela secundaria Texas City High School, demostró que un porcentaje mayoritario de los estudiantes no se sienten demasiado cómodos con esta medida, dado que les produce cierta sensación de alarma y les recuerda cada día que uno de estos tiroteos podría desatarse en cualquier momento (al margen de las complejas cuestiones de privacidad).