La tecnología de trazado de rayos
Si eres un gamer asiduo y estás al día en lo que a la industria de los videojuegos respecta, es muy probable que hayas escuchado recientemente el término ray-tracing. Esta tecnología, también denominada trazado de rayos, ya ha estado presente en películas Pixar y en entornos de alto nivel profesional durante los últimos años, pero la idea de integrarlo en el mundo gaming parecía algo muy lejano.
Sin embargo, los desarrolladores de consolas y de tarjetas gráficas para ordenadores llevan varios años trabajando en mejorar la experiencia de los gamers, y el ray-tracing parece ser la alternativa más interesante para ello (al menos a corto plazo). Al fin y al cabo, los gráficos representan un elemento fundamental en la experiencia gaming, y la idea de crear entornos fotorrealistas resulta muy atractiva para los usuarios.
El ray-tracing es la evolución natural de la tecnología 3D. Hasta hace muy poco tiempo, para poder mostrar gráficos 3D en una pantalla, era necesario llevar a cabo un proceso de rasterizado, de manera que se pudiera generar una sección 2D de una escena 3D, para poderla así mostrar en un monitor, con la resolución deseada.
Pero, ¿En qué consiste?
Esta técnica (basada en el rasterizado) destaca por ser eficiente, pero presenta algunos problemas, como por ejemplo el hecho de que un rasterizado convencional no puede visualizar los elementos que se ocultan detrás de un objeto, ni tampoco proyectar reflejos de alta calidad. Como consecuencia de esto, los desarrolladores suelen crear sombras falsas prefabricadas, y esto implica que el resultado final a menudo no sea óptimo.
Por otro lado, el ray-tracing ofrece una experiencia muy superior al jugador. En lugar de crear un corte en 2D de una escena en 3 dimensiones, cada píxel de la pantalla recibe un tratamiento similar al de un rayo de luz que incide sobre un punto concreto. Además, este rayo de luz tiene un efecto rebote con los objetos, y esto permite que se puedan crear efectos de luz refractada en tiempo real, radiosidad, y reflejos con un nivel de realismo óptimo.
En materia de iluminación, se podría decir que la sensación que ofrece al usuario la tecnología ray-tracing equivale a introducir el nivel de luminosidad del mundo exterior en un videojuego. Esto es algo que los desarrolladores de videojuegos y tecnología del ámbito gaming llevan años intentando desarrollar, pero es muy complicado alcanzar tal nivel de realismo.
Sin embargo, como suele ser habitual en estos casos, el ray-tracing tiene un inconveniente, su coste. La cantidad de recursos que se deben asignar para poder renderizar un juego únicamente con ray-tracing es descomunal (debido a que representar un único fotograma con resolución óptima llevaría varios minutos).
Por ello, los desarrolladores han decidido optar por una combinación eficiente de ambas tecnologías. Es decir, para desarrollar este tipo de videojuegos, una parte importante de la imagen es rasterizada, pero otros efectos más específicos como la iluminación o las sombras, se proyectan a través de de la tecnología ray-tracing.
Resulta muy complicado saber hacia qué dirección se dirigirá la industria gaming durante los próximos años, aunque parece que el realismo será uno de los pilares fundamentales. Al fin y al cabo, la idea de que los videojuegos sean prácticamente similares al mundo real ha sido un objetivo de los desarrolladores desde el comienzo.