En la actualidad, es un hecho que el campo de la ciberseguridad tiene cada vez más peso en el ámbito empresarial. Como consecuencia de la pandemia, un gran número de empresas se han visto obligadas a transformar sus negocios y a afrontar el paradigma de la digitalización, por lo que la demanda de profesionales especializados en este ámbito ha crecido de forma exponencial en el último año.
Este fenómeno ha creado una excelente oportunidad para aquellos profesionales especializados en este campo, pero también ha generado una importante problemática para las empresas a corto-medio plazo. La previsión apunta a que, en los años más próximos, la demanda de perfiles especializados en ciberseguridad va a ser considerablemente mayor que el número de profesionales cualificados para trabajar en este ámbito.
Las grandes multinacionales españolas están empezando a contratar expertos en ciberseguridad pertenecientes a otros países, como Estados Unidos. Sin embargo, incluso el gigante americano está teniendo problemas a la hora de encontrar talento en materia de ciberseguridad (y viéndose obligado a buscar profesionales fuera), aunque si es cierto que allí no viven la situación de dependencia tecnológica que Europa podría afrontar en los años más próximos.
Diversos expertos de nuestro país, coinciden en que España cuenta con una base lo suficientemente sólida como para convertirse en uno de los principales players en el campo de la ciberseguridad en los próximos años. Este es uno de los principales objetivos de Rosa Díaz, directora general del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), aunque es consciente de que alcanzar dicho objetivo implicará hacer ajustes importantes en varios aspectos.
Uno de los principales problemas que mencionan las empresas cuando se les pregunta por esta situación, es el programa educativo de las universidades. En muchos casos, los fundamentos de ciberseguridad que se imparten en estos centros son algo escasos, y eso fuerza a las empresas a tener que hacerse cargo de prácticamente la totalidad de su formación en este campo.
El teletrabajo, que ha ganado un importante número de adeptos desde que comenzó la pandemia, es otro de los causantes de este fenómeno. Al fin y al cabo, si un profesional va a trabajar desde su propio domicilio, resulta irrelevante el punto geográfico en el que se encuentre ubicado.
Sin embargo, si permitimos que esta importación de talento extranjero siga sucediendo, estaremos dejando pasar una gran oportunidad. España debería hacer los ajustes necesarios en los panoramas laboral y educativo, con el objetivo de convertirse en una de las principales potencias en este demandado campo.
No obstante, una de las principales acciones que debería llevar a cabo España para llegar a este objetivo, es fomentar un cambio de mentalidad. En ocasiones, nos autoconvencemos de que no podemos llegar a ser uno de los países líderes en materia de tecnología a nivel mundial, cuando en realidad contamos con grandes profesionales y con cimientos muy sólidos para conseguirlo.