El concepto de televisión ha cambiado sustancialmente durante los últimos años, y es que la tradicionalmente denominada “caja tonta” ha evolucionado hasta convertirse en la Smart TV que todos conocemos hoy en día. Tanto internet como las plataformas de contenido en streaming están liderando este cambio, y cada vez se tiene una mayor certeza de que la televisión convencional terminará desapareciendo con el paso del tiempo.
Como consecuencia del desarrollo tecnológico y del aumento de la competitividad entre empresas (entre otras razones), el usuario ha alcanzado un nivel de exigencia sin precedentes hasta la fecha. En el caso concreto de la televisión, los telespectadores de hoy en día ya no quieren visualizar el contenido que se emita en cada momento, ni aguantar eternas pausas publicitarias, ni tampoco están dispuestos a esperar otra semana para ver el siguiente capítulo de su serie favorita.
A día de hoy, Netflix es la plataforma de streaming con mayor número de suscriptores y de audiencia a nivel mundial. Aunque en el momento de su fundación en 1997 sólo se trataba de una empresa de alquiler de DVD, Netflix es a día de hoy la compañía líder en el ámbito del streaming, y desde su llegada ha cambiado de forma radical la manera en la que los usuarios consumen películas, series y documentales.
En el caso concreto de la televisión, los telespectadores de hoy en día ya no quieren visualizar el contenido que se emita en cada momento, ni aguantar eternas pausas publicitarias, ni tampoco están dispuestos a esperar otra semana para ver el siguiente capítulo de su serie favorita.
Actualmente, se podría afirmar que la fiebre del streaming ha llegado a todos los ámbitos. Lo que comenzó con la aparición de las plataformas Netflix, HBO y Amazon Prime (más centradas en películas y series), ha trascendido hasta el mundo de los deportes (DAZN), pasando por otros ámbitos tan dispares como el de los videojuegos (Xbox Game Pass y Google Stadia) o el de la música (Spotify). Al margen de los servicios de streaming ya existentes, otras compañías de renombre como Apple, Facebook y Disney están a punto de lanzar al mercado sus nuevas plataformas, y da la sensación de que esto sólo es el principio.
Hace apenas dos décadas, en España resultaba impensable la idea de que hubiera que pagar por el contenido de la televisión. Sin embargo, si analizamos el caso de Estados Unidos, podemos comprobar que desde hace unos cuantos años (mucho antes de la llegada de las plataformas de streaming), se ha tenido el concepto generalizado de que la televisión de baja calidad es gratuita, mientras que el contenido “Premium” es de pago, de ahí el éxito de la famosa televisión por cable.
En definitiva, estas plataformas de streaming han ido ganando terreno a la televisión convencional en los últimos años, y parece que han venido para quedarse. Al fin y al cabo, internet no ha modificado únicamente los modelos de negocio que ya parecían estar consolidados, sino que también ha tenido un gran impacto en otros aspectos, como en la manera en la que las nuevas generaciones disfrutan de su tiempo de ocio.