Las criptomonedas han estado en boca de todos durante los últimos años, aunque es cierto que, en varias ocasiones, las conversaciones sobre este asunto han estado marcadas por la controversia. Para algunos, estas criptomonedas son un activo de especulación y una mera burbuja, mientras que otros ven un sistema que podría revolucionar el ámbito de las transacciones económicas para siempre.
Entre las principales ventajas de utilizar estas criptodivisas, destacan la rapidez y el reducido coste que conlleva efectuar cada transacción, sin olvidarnos de que se trata de un método seguro, universal y libre. Sin embargo, estas monedas virtuales representan una verdadera oportunidad para aquellos criminales que cometen delitos relacionados con el blanqueo de capitales.
Esto se debe, entre otros motivos, a su disponibilidad, accesibilidad y fiabilidad, además de a su confiabilidad y de la velocidad a la que se efectúan las transacciones internacionales. A pesar de que las criptomonedas eran utilizadas en un principio por los famosos ciberdelincuentes, criminales de todos los ámbitos han comenzado a utilizarlas para garantizar su anonimato.
A raíz de esta situación, la Directiva contra el Blanqueo de Capitales se ha fijado como objetivo combatir el anonimato en el mercado de las criptodivisas. Este nuevo plan se basa en implementar las medidas pertinentes para evitar que las organizaciones criminales utilicen estas monedas virtuales para llevar a cabo actividades de carácter ilícito sin dejar rastro.
Entre las principales ventajas de utilizar estas criptodivisas, destacan la rapidez y el reducido coste que conlleva efectuar cada transacción, sin olvidarnos de que se trata de un método seguro, universal y libre.
Si nos remontamos al año 2013, podemos observar cómo la Policía Nacional de España fue el primer cuerpo policial europeo en incautar criptomonedas (y segundo del mundo después de la DEA de E.E.U.U.). Este suceso se produjo cuando dos informáticos ucranianos irrumpieron dentro de 21.000 servidores de empresas ubicadas en 80 países distintos.
Estos ciberdelincuentes eran capaces de blanquear más de 10.000 euros diariamente, y el hecho de que utilizaran estas monedas virtuales dificultaba considerablemente la trazabilidad de sus delitos. Las estimaciones de la policía apuntan a que esta pareja de informáticos pudo blanquear más de 600.000 euros en el transcurso de dos meses.
En los últimos años, se han producido diversas detenciones y se han disuelto algunas bandas del crimen organizado que utilizaban estas divisas virtuales para blanquear dinero. Estos hechos han activado las alarmas no sólo de los cuerpos de seguridad españoles, sino también de otros órganos europeos e internacionales que han colaborado con la policía en estas investigaciones.
Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es el hecho de que estas criptomonedas no son nada en comparación con la tecnología que hay detrás. El BlockChain es una especie de libro de registros virtual, distribuido para mantener un registro permanente y a prueba de manipulaciones de datos transaccionales.
En otras palabras, se trata de una cadena de bloques con una base de datos descentralizada en la que todas las copias se actualizan y validan de forma simultánea. Esto implica que la tecnología BlockChain es aplicable a infinidad de ámbitos, y quizás sea una de las posibles soluciones para mitigar la corrupción y garantizar el cumplimiento legal en las transacciones económicas.