Hace una semana pudimos presenciar un nuevo capítulo en la guerra entre Estados Unidos y la empresa china Huawei. El presidente americano Donald Trump, firmó el pasado jueves una orden ejecutiva a través de la cual autorizaba al gobierno federal a prohibir el empleo de cualquier sistema de tecnología de telecomunicaciones fabricado en países extranjeros.
Aunque esta orden no hace referencia directamente a Huawei, el gobierno estadounidense ha calificado en diversas ocasiones a la multinacional china como una amenaza potencial para el país en términos de seguridad. La principal preocupación del gobierno americano a la hora de adquirir tecnología de telecomunicaciones proveniente de países extranjeros, radica en la posibilidad de que sus respectivos gobiernos aprovechen esta situación para incluir puertas traseras u otros métodos de espionaje.
El gigante asiático de las comunicaciones ya ha recibido graves acusaciones a raíz de que se hiciera público un informe de Bloomberg, en el cual se afirmaba que algunos productos que comercializa la empresa incluían un sospechoso microchip que no tenía ninguna utilidad aparente. La multinacional china ha desmentido estas acusaciones, alegando que se trata de meras especulaciones infundadas, y ha decidido emprender medidas legales, denunciando al gobierno estadounidense por impedir la venta de su equipamiento y servicios en su territorio.
El presidente americano Donald Trump, firmó el pasado jueves una orden ejecutiva a través de la cual autorizaba al gobierno federal a prohibir el empleo de cualquier sistema de tecnología de telecomunicaciones fabricado en países extranjeros.
Sin embargo, las consecuencias para Huawei tras la firma de esta orden ejecutiva podrían ser aún más perjudiciales, dado que Google ha decidido romper lazos y suspender todos aquellos negocios que requieran transferencia de hardware y software con la compañía. En caso de que esta medida se hiciera efectiva, los dispositivos Huawei dejarían de tener acceso a actualizaciones de Android, y los próximos modelos no podrían incorporar algunos de los servicios que proporciona Google, como PlayStore o Gmail.
Otras empresas tecnológicas como Intel, Qualcomm o Broadcom han decidido acatar también esta orden, lo que podría traducirse en un verdadero problema para Huawei. A pesar de que la compañía dispone de sus propios módems y procesadores, encontrar un sustitutivo para los productos que hasta ahora les proporcionaba Intel es una tarea bastante compleja. Además, Huawei comercializa actualmente varios modelos de ordenadores portátiles que tienen procesadores Intel incorporados, por lo que aún no se sabe con certeza qué pasará con esas gamas de productos.
Huawei, por su parte, ha argumentado que estas restricciones no harán de Estados Unidos un país más seguro, sino que estas medidas únicamente tendrán como consecuencia que el país quede rezagado en el despliegue de red 5G, perjudicando los intereses de diversas empresas y consumidores americanos. A pesar de que la empresa china ha calificado de irracionales estas restricciones, también ha dejado claro su afán de colaboración a la hora de encontrar una solución a este problema, aunque eso suponga someterse a tests y tomar distintas medidas para garantizar la seguridad del producto.