Cuando hablamos de ciberseguridad, existe un elemento que a menudo pasa desapercibido (a pesar de su gran importancia), y es el router. Este dispositivo es básicamente la puerta de entrada de las conexiones exteriores de internet a tu negocio, y permite conectarte con tus clientes y proveedores de una manera muy rápida y efectiva, pero también es un foco de ciberataques.
Por ello, si queremos proteger nuestros equipos y sistemas, es fundamental configurar el router de forma segura y mantenerlo siempre actualizado. Esto es aún más importante si tu empresa ofrece servicios en línea, dado que si tienes algún problema de este tipo, tus clientes podrían perder acceso al servicio que tenían contratado.
Un router tiene 65.536 puertos, y estos pueden ser de uno de estos tres tipos; aquellos utilizados por el propio sistema operativo, aquellos utilizados por aplicaciones de software y otras herramientas instaladas (estos se configuran de forma automática), y aquellos que se utilizan de forma privada, y que son utilizados por una aplicación a la hora de conectarse a un servidor.
Un puerto es básicamente el punto donde se lleva a cabo el intercambio de información y transferencia de datos entre un dispositivo y un sitio web, otro dispositivo, o un servidor. Estas comunicaciones, que se llevan a cabo a través de protocolos (como por ejemplo el HTTP), permiten conectar distintos dispositivos con el objetivo de que intercambien información con la mínima probabilidad de fallo.
El problema de estas comunicaciones en muchos casos radica en que, en caso de que los puertos permanezcan abiertos de continuo y la aplicación no fuerce el cierre de estos tras su uso, un simple análisis exterior sería suficiente para identificar esas carencias. A partir de ahí, los ciberdelincuentes podrían aprovechar la situación para llevar a cabo un ataque.
¿Cómo identificar estas vulnerabilidades?
Si quieres ser capaz de identificar posibles problemas y amenazas que podrían darse en la red, debes conocer la siguiente información:
Conocer mi dirección IP: Este número identifica un dispositivo dentro de una red, independientemente de que se trate de una red interna o externa. En la mayoría de los casos, cuando un dispositivo está conectado mediante un router, se suele asignar una IP privada (característica de la red interna).
Si quieres determinar la IP pública (con la que navegas de forma pública), sólo tienes que acceder al panel de administración del router y buscar el apartado sobre direcciones IP.
Comprobar la situación de los puertos: Esto es importante dado que te permite tener una mejor idea de qué puertos abiertos al exterior podrían poner en compromiso la seguridad de tu red, o de los dispositivos que están conectados a esta.
Algunas amenazas y peligros de tener un router con seguridad baja:
- Secuestro de DNS
- IP spoofing
- Ataques de denegación de servicio
- Infección del router por una botnet
- Envenenamiento de DNS
- Ataques persistentes
Ahora ya sabes la importancia de tener un router securizado. Si tienes alguna duda o quieres concertar una cita con alguno de nuestros profesionales de ciberseguridad, escríbenos a través de nuestra página de contacto.