Los físicos de todo el mundo llevan años persiguiendo el objetivo (hasta hace muy poco más bien parecía un sueño) de poder viajar en el tiempo. Para lograrlo, es necesario modificar la dirección de la denominada “flecha del tiempo”, la cual tiene la tendencia de ir siempre hacia delante y aparentemente no se puede alterar.
Cuando parecía que este tipo de avances eran impensables o estaban a años luz, cinco científicos rusos pertenecientes al Instituto de Física y Tecnología de Moscú han presentado un algoritmo cuántico que aparentemente permite invertir un estado, creando una dinámica en la dirección inversa para un electrón. Es decir, según este grupo de físicos se podría retroceder en el tiempo, al menos de forma experimental.
Según la segunda ley de la termodinámica, la cual estipula que el pasado no se puede alterar y que el futuro es incierto, esta posible modificación de la flecha del tiempo resulta un auténtico disparate. No obstante, el grupo de físicos discrepa de esta ley y se aferra al hecho de que sí se puede alterar gracias a la computación cuántica.
Se podría decir que la computación cuántica es reversible, puesto que toda operación cuántica es unitaria y, en consecuencia, tiene una inversa. De esta manera, al menos desde un plano teórico, se podrían colocar una serie de operaciones cuánticas en orden inverso que permitirían simular el proceso de inversión temporal.
Se podría decir que la computación cuántica es reversible, puesto que toda operación cuántica es unitaria y, en consecuencia, tiene una inversa.
El grupo de científicos rusos utilizó la computadora cuántica IBM Q System One para llevar a cabo los distintos procesos de experimentación. Con la finalidad de respaldar su teoría, este grupo de científicos utilizó modelos de dos y de tres cúbits, logrando unos niveles de éxito de 49% y 85%, respectivamente.
Sin embargo, una parte de la comunidad científica opina que este supuesto avance no es más que un mito y existe bastante controversia y escepticismo alrededor de este asunto. Las críticas señalan que únicamente se trata de un reclamo orquestado por los medios para captar la atención del público y generar algo de expectación.
La problemática que plantea comprobar la veracidad de este supuesto avance es su dificultad para demostrarlo. Por ello, siempre existirá un agitado debate en lo que a esta cuestión se refiere y las opiniones entre unos expertos y otros siempre serán muy dispares.