La privacidad siempre ha sido uno de los aspectos más importantes para el usuario a la hora de navegar por la red. Sin embargo, hay algunas plataformas en las que el usuario tiende a compartir más información personal que en otras, como es el caso de las redes sociales, donde es frecuente que este incluya información personal como su número de teléfono, correo electrónico, dirección, e incluso otros datos como su situación sentimental, o los nombres de sus familiares.
Debido a esto, la mayoría de estas plataformas (al menos las más conocidas), ofrecen la posibilidad de ajustar el grado de privacidad que se desea tener en el perfil. Esto implica que el usuario puede escoger entre tener una cuenta pública, o una privada, en cuyo caso sólo podrían visualizar sus datos aquellos contactos que este tenga agregados como “amigos” en dicha plataforma.
Sin embargo, estos datos están almacenados en los servidores de Facebook, por lo que son igualmente susceptibles de ataques informáticos. Esta precisamente ha sido la situación que se ha dado recientemente, y que ha supuesto la filtración de los datos personales de más de 533 millones de usuarios de Facebook de todo el mundo.
Concretamente, la filtración ha afectado a usuarios de un total de 106 países. Entre los datos filtrados, se encuentran los identificadores de Facebook, sus teléfonos móviles, direcciones, biografías y, en muchos casos, también su dirección de correo electrónico.
Esta situación plantea un problema de grandes dimensiones, dado que prácticamente cualquier usuario de internet ahora tiene acceso a todos esos datos y, en caso de que estos cayeran en las manos equivocadas, podrían ser utilizados para delinquir. Una de las estafas más habituales y que está brecha de información podría facilitar, es la suplantación de identidad.
Aunque esta es una noticia reciente, la realidad es que estos datos robados ya estaban en la red desde junio de 2020. Sin embargo, en ese momento, el autor (o autores) del ciberataque intentó comercializarlos a través de varios foros, mientras que actualmente son públicos y cualquier usuario puede acceder a ellos de manera gratuita.
Ante esta situación, los usuarios de Facebook sólo pueden tomar una medida. La mejor opción sería la de cambiar la contraseña de sus cuentas, e incluso sustituir la dirección de correo electrónico asociada a dicha cuenta por otra. Sin embargo, en caso de querer extremar las medidas de seguridad, lo mejor que puede hacer el usuario es prescindir de los SMS como método de autenticación, y utilizar aplicaciones como Microsoft Authenticator o Google Authenticator.
En muchos casos, el usuario es completamente vulnerable a este tipo de ciberataques, aunque sí puede tomar ciertas medidas que contribuyan al refuerzo de la seguridad de sus equipos y contraseñas. La semana pasada, publicamos un artículo en el que incluíamos algunas pautas que puede seguir el usuario para establecer contraseñas más seguras, y os animamos a leerlo si queréis reducir las posibilidades de que algún ciberdelincuente se adueñe de vuestros datos de manera indebida.